Todavía que resisto a la absurda tentación de pisar el freno y pasarla bueno, disfrazarme de alguien que no soy. Todavía tengo amigos que me quieren como soy, siempre un poco loco y todo lo que toco, lo quiebro y pido perdón. Y acá me ves, escapándole al fuego que sigue quemando. Esa oración: libertad, ansiedad, un amor, soledad. Y así vivir mucho mejor. Todavía siento ganas de llamarlo alguna vez y decirle que cuando el se fue un viento me arrancó de pie. Todavía que respiro, nene, cuando salgo a nadar por un mar oscuro donde todo es duro y el agua se hace cristal. Todavía que me rió del amor, del café y de dormir. Y si lo sufrí fue casualidad, un error nunca te hace mal. ¡Todavía que te quiero y no quiero quererte otra vez! Pero si con vos tanto me alejé que volé y jamás regresé.