Vine hasta aquí para poder abrazarte y sentir que ya tus brazos se niegan a ir hacia los míos lentos. Hoy vine hasta aquí dejando atrás el sabor a ciudad, que la amargura que intento cambiar no sea mi alimento. Y lo mejor que me pudo pasar en el viaje fue mirar el paisaje y seguir, fue mirar el paisaje y seguir. ¡Tan tonta fuí! aquella tarde me hiciste dudar, trabaste mi alma con tu frialdad.. amor siguiendo al viento. El miedo a sufrir hoy me congela en el rancho peor, si hace frío que venga el calor, yo no quiero estar viejo. Y al volver a mi querida ciudad contaré, a los amigos que un día dejé, esta aventura simple. Voy a mentir cuando les diga que ya superé, que nunca hubo dolor en mi piel, que nada tuyo existe nene, no...