Aquel 2 de abril comenzó la guerra,
con 18 años fuimos a luchar.
A Margaret Tatcher se le caía el gobierno
y las Islas Malvinas le cayeron del cielo.
Un león bien armado defendía su imperio,
nuestros pibes descalzos y en medio del desierto.
Los fusiles no andaban, las cosas no llegaban
y Galtieri chupaba otro Whisky más.
Perdimos tantas vidas por un par de islas,
firmando decretos de amnesia general.
La mano de Dios no apagó mi dolor,
la guerra del olvido fue la que nos mató.
La mano de Dios no apagó mi dolor,
gritan los antiheroes del '82.
Y un arbitro yanqui dirigió el partido,
con la camiseta del pirata inglés.
Pero esto no es todo mis queridos amigos,
con la número 9 Augusto Pinochet
con 18 años fuimos a luchar.
A Margaret Tatcher se le caía el gobierno
y las Islas Malvinas le cayeron del cielo.
Un león bien armado defendía su imperio,
nuestros pibes descalzos y en medio del desierto.
Los fusiles no andaban, las cosas no llegaban
y Galtieri chupaba otro Whisky más.
Perdimos tantas vidas por un par de islas,
firmando decretos de amnesia general.
La mano de Dios no apagó mi dolor,
la guerra del olvido fue la que nos mató.
La mano de Dios no apagó mi dolor,
gritan los antiheroes del '82.
Y un arbitro yanqui dirigió el partido,
con la camiseta del pirata inglés.
Pero esto no es todo mis queridos amigos,
con la número 9 Augusto Pinochet
